La deuda pública es el conjunto de obligaciones financieras contraídas por un Estado u otra administración pública (autonomías, municipios, organismos públicos) como consecuencia de la emisión de instrumentos de deuda para financiarse. En otras palabras, es el dinero que el sector público pide prestado a inversores, instituciones financieras u otros países para cubrir necesidades de gasto que no pueden financiarse únicamente con los ingresos ordinarios, como los impuestos.

Se trata de una herramienta habitual en la gestión económica de los gobiernos y un componente clave de la política fiscal.


Formas de emisión de deuda pública

Los Estados pueden financiarse a través de diferentes instrumentos, que suelen clasificarse según su plazo de vencimiento:

  1. A corto plazo:
    • Letras del Tesoro (en España, con vencimientos habituales de 3, 6, 9 y 12 meses).
  2. A medio plazo:
    • Bonos del Estado, con vencimientos de entre 2 y 5 años, aunque en algunos casos pueden llegar a 10.
  3. A largo plazo:
    • Obligaciones del Estado, con vencimientos de 10, 15, 30 o más años.

La emisión puede realizarse mediante subastas, colocación directa o sindicación, dependiendo de la estrategia del emisor y de las condiciones del mercado.


¿Cómo funciona?

Cuando un inversor compra deuda pública, en realidad está prestando dinero al Estado. A cambio, este se compromete a devolver el capital prestado en la fecha de vencimiento, junto con los intereses pactados, que pueden ser:

  • Cupón fijo: intereses periódicos constantes.
  • Cupón variable: intereses que varían en función de un índice de referencia (por ejemplo, el Euribor).
  • Cupón cero: no se pagan intereses periódicos; el título se vende por debajo de su valor nominal y el beneficio se obtiene al vencimiento.

Objetivos y razones para emitir deuda pública

  • Cubrir déficits presupuestarios cuando los ingresos no son suficientes para cubrir los gastos.
  • Financiar inversiones en infraestructuras, educación, sanidad u otros proyectos estratégicos.
  • Gestionar la política monetaria, en coordinación con el banco central.
  • Refinanciar deuda existente, sustituyendo emisiones antiguas por nuevas condiciones.

Ventajas y riesgos

Ventajas:

  • Considerada un activo de bajo riesgo en economías estables, ya que está respaldada por el Estado.
  • Alta liquidez, al negociarse en mercados organizados.
  • Intereses generalmente más bajos que la deuda corporativa, por la menor probabilidad de impago.

Riesgos:

  • Riesgo de tipo de interés: si suben los tipos de mercado, el valor de los títulos en circulación puede bajar.
  • Riesgo de inflación: si la inflación supera el tipo de interés nominal, la rentabilidad real se reduce.
  • Riesgo soberano: en países con problemas económicos o políticos, existe posibilidad de impago o reestructuración.

Situación en España y en la Unión Europea

En España, la deuda pública es gestionada por el Tesoro Público y supervisada por el Banco de España. La evolución de la deuda se mide como porcentaje del PIB, y está sujeta a los criterios de estabilidad establecidos en la Unión Europea, como los recogidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que recomienda que la deuda pública no supere el 60% del PIB (aunque muchos países lo superan, especialmente tras la crisis financiera de 2008 y la pandemia de 2020).


Perfil de inversor

Los títulos de deuda pública son atractivos para inversores conservadores, fondos de inversión, aseguradoras, fondos de pensiones e incluso pequeños ahorradores que buscan seguridad y estabilidad en sus inversiones. En los últimos años, las plataformas online del Tesoro han facilitado el acceso directo de los ciudadanos a este tipo de producto.

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