Una operación al contado es una transacción financiera en la que la compra y la venta de un activo se liquidan de forma inmediata o en un plazo muy corto, normalmente en un máximo de dos días hábiles (plazo conocido como T+2 en la mayoría de mercados).

En este tipo de operación, tanto la entrega del activo como el pago del mismo se realizan prácticamente de manera simultánea, lo que contrasta con las operaciones a plazo o en derivados, donde la liquidación se produce en una fecha futura.

Características principales

  1. Liquidación inmediata: en la práctica, el intercambio de dinero y activos suele realizarse en 1 o 2 días hábiles desde la contratación.
  2. Transparencia: el precio pactado refleja el valor de mercado del activo en ese momento.
  3. Menor riesgo de contraparte: al liquidarse rápidamente, el riesgo de impago o incumplimiento es reducido.
  4. Amplia utilización: se aplican tanto a operaciones bursátiles como a compraventas de divisas, materias primas o deuda pública.

Ejemplos de operaciones al contado

  • Mercado bursátil: un inversor compra 100 acciones de una compañía y paga su importe al precio de mercado, recibiéndolas en su cuenta de valores en un plazo máximo de dos días hábiles.
  • Mercado de divisas (Forex spot): una empresa compra dólares a cambio de euros para realizar un pago internacional; la operación se liquida casi de inmediato.
  • Mercado de materias primas: la compra de petróleo, oro o grano con entrega física y pago inmediato.
  • Deuda pública: adquisición de letras o bonos en mercado secundario mediante liquidación al contado.

Diferencias con otras operaciones

  • Operación al contado vs. operación a plazo: en las segundas, la entrega y el pago se realizan en una fecha futura y pactada de antemano.
  • Operación al contado vs. derivados: en derivados financieros (futuros, opciones, swaps), la liquidación depende del vencimiento del contrato y no es inmediata.

Ventajas de las operaciones al contado

  • Rapidez y sencillez en la liquidación.
  • Precio real de mercado, sin especulación a futuro.
  • Flexibilidad, al poder comprar o vender activos sin comprometerse a plazos largos.
  • Bajo riesgo de crédito, ya que no hay una espera prolongada para la entrega del activo o el pago.

Limitaciones

  • Menor apalancamiento: a diferencia de los derivados, normalmente no permiten multiplicar la inversión con poco capital.
  • Menos útiles para coberturas: no ofrecen la posibilidad de fijar precios futuros, lo que puede ser una desventaja en operaciones comerciales internacionales.
  • Dependencia inmediata de la liquidez: el comprador debe disponer del dinero en el momento de la transacción.

En resumen, la operación al contado es la forma más directa, transparente y simple de realizar transacciones financieras, siendo el modelo básico sobre el que se apoyan muchos otros productos e instrumentos más complejos.