Una agencia de valores es una empresa de servicios de inversión autorizada para actuar como intermediario en los mercados financieros. Su función principal es ejecutar órdenes de compra y venta de valores por cuenta de sus clientes, pero no puede operar con recursos propios, lo que la diferencia de otras figuras como las sociedades de valores o los bancos de inversión.

En España, las agencias de valores están reguladas y supervisadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Características principales

1. Intermediación sin recursos propios: ejecutan órdenes de clientes en los mercados, pero no negocian por cuenta propia.

2. Servicios limitados pero especializados: se centran en la recepción, transmisión y ejecución de órdenes, así como en el asesoramiento de inversiones.

3. Supervisión regulatoria: requieren autorización y están sometidas a las normas de la CNMV y a la normativa europea MiFID II.

4. Profesionalización: suelen ofrecer un servicio más personalizado y centrado en las necesidades de inversores minoristas o institucionales.

5. Custodia de valores: muchas agencias de valores no pueden mantener el dinero o los valores de los clientes directamente, sino que lo hacen a través de entidades depositarias.

Diferencias con otras figuras

Sociedad de valores: a diferencia de la agencia, puede operar tanto por cuenta de clientes como por cuenta propia, asumiendo riesgos y aportando liquidez al mercado.

Sociedad gestora de IIC (SGIIC): se dedica a la gestión de fondos de inversión y no a la intermediación directa en bolsa.

Banco de inversión: ofrece servicios mucho más amplios, incluyendo financiación, emisión de valores y asesoría en fusiones y adquisiciones.

Funciones de una agencia de valores

Recepción y transmisión de órdenes: conecta a inversores con los mercados financieros.

Asesoramiento en inversiones: puede recomendar productos financieros en función del perfil de riesgo del cliente.

Gestión de carteras (limitada): en algunos casos, bajo autorización, puede gestionar carteras de clientes.

Acceso a mercados: facilita la participación de inversores en bolsas y otros sistemas de negociación.

Ventajas de operar a través de una agencia de valores

Transparencia: no existe conflicto de interés al no poder operar por cuenta propia.

Especialización: suelen estar más centradas en ofrecer servicios personalizados.

Costes competitivos: al tener un modelo más reducido, sus comisiones pueden ser menores.

Limitaciones

Alcance restringido: no pueden realizar actividades de negociación por cuenta propia.

Dependencia de terceros: en muchos casos dependen de bancos depositarios para custodiar el dinero o los valores de los clientes.

Menor capacidad de innovación frente a bancos de inversión o sociedades de valores de gran tamaño.

Ejemplo práctico

Un cliente que quiere comprar acciones de una empresa cotizada puede acudir a una agencia de valores. Esta recibe la orden, la transmite al mercado a través de los sistemas correspondientes y ejecuta la operación. A diferencia de una sociedad de valores, la agencia no compra acciones para sí misma, sino únicamente para el cliente.

En conclusión, una agencia de valores es un intermediario financiero especializado en ejecutar órdenes en los mercados por cuenta de sus clientes, con un modelo transparente y regulado, ideal para quienes buscan acceso directo y asesorado a los mercados sin asumir el riesgo de que la entidad opere con recursos propios.

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