¿Qué es el riesgo de divisa o de tipo de cambio?

El riesgo de divisa o de tipo de cambio es la posibilidad de que una inversión, un contrato o una operación financiera sufra pérdidas debido a variaciones en el valor relativo entre dos monedas.

Este riesgo afecta principalmente a empresas que operan internacionalmente, a inversores con activos denominados en diferentes divisas y a gobiernos con deuda emitida en moneda extranjera.

Causas del riesgo de divisa

  1. Volatilidad en los mercados de divisas: los tipos de cambio fluctúan constantemente en función de la oferta y demanda de monedas.
  2. Factores macroeconómicos: inflación, tasas de interés, crecimiento económico.
  3. Política monetaria y fiscal: decisiones de bancos centrales que afectan la confianza en una moneda.
  4. Factores geopolíticos: guerras, sanciones, crisis políticas o cambios regulatorios.

Tipos de riesgo de divisa

  1. Riesgo de transacción
    • Afecta a operaciones comerciales o financieras denominadas en divisa extranjera.
    • Ejemplo: una empresa española que exporta a EE. UU. puede ver reducidos sus ingresos si el dólar se deprecia frente al euro.
  2. Riesgo de conversión o contable
    • Surge al consolidar estados financieros de filiales extranjeras en la moneda de la matriz.
    • Ejemplo: una multinacional europea debe traducir los resultados de su filial en Latinoamérica a euros.
  3. Riesgo económico o de competitividad
    • Impacta a largo plazo en la posición de una empresa frente a competidores internacionales debido a la evolución de las divisas.
    • Ejemplo: si el yen japonés se aprecia, las exportaciones de Japón se encarecen frente a las de otros países.

Ejemplo práctico

Un inversor europeo compra bonos emitidos en dólares estadounidenses.

  • Si el dólar se aprecia frente al euro, el valor de su inversión aumenta en euros.
  • Si el dólar se deprecia, el inversor sufrirá pérdidas al convertir los rendimientos a euros, aunque los bonos hayan pagado intereses según lo pactado.

Gestión del riesgo de divisa

  • Coberturas con derivados: utilización de futuros, forwards, opciones o swaps de divisas.
  • Diversificación de cartera: invertir en diferentes monedas para reducir la exposición a una sola.
  • Cláusulas contractuales: fijar precios en una divisa más estable o utilizar monedas fuertes como el dólar o el euro.
  • Fondos con cobertura de divisa: algunos productos de inversión ofrecen versiones “hedged” que eliminan el impacto de las fluctuaciones cambiarias.

Importancia para distintos agentes

  • Empresas exportadoras e importadoras: sus ingresos y costes pueden variar según el tipo de cambio.
  • Inversores internacionales: deben considerar la divisa en la que están denominados sus activos.
  • Estados y bancos centrales: gestionan deuda en moneda extranjera y reservas internacionales.

En conclusión, el riesgo de divisa o de tipo de cambio es un factor clave en la economía globalizada, que afecta tanto a empresas como a inversores y gobiernos. Una correcta gestión de este riesgo es esencial para evitar pérdidas derivadas de movimientos desfavorables en los mercados de divisas.

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