El Reglamento de Taxonomía es una norma de la Unión Europea que establece un sistema de clasificación común para definir qué actividades económicas pueden considerarse sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
Su objetivo principal es proporcionar un marco claro y homogéneo que permita a inversores, empresas y reguladores identificar las actividades que contribuyen a la transición hacia una economía baja en carbono, eficiente en recursos y respetuosa con el medio ambiente.
Se trata de una pieza clave dentro del Plan de Finanzas Sostenibles de la UE y del Pacto Verde Europeo (European Green Deal).
Origen y marco normativo
- El Reglamento fue aprobado en junio de 2020 (Reglamento (UE) 2020/852).
- Forma parte del Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea iniciado en 2018.
- Es complementado por actos delegados que detallan los criterios técnicos aplicables a sectores específicos.
Objetivos del Reglamento de Taxonomía
- Definir criterios objetivos para determinar si una actividad es sostenible.
- Evitar el greenwashing: impedir que se presenten como “verdes” actividades que no cumplen criterios medioambientales estrictos.
- Fomentar la transparencia en la información que las empresas ofrecen a los inversores.
- Canalizar capital privado hacia inversiones que contribuyan a la lucha contra el cambio climático.
- Apoyar los compromisos de la UE en materia de neutralidad climática para 2050.
Seis objetivos medioambientales del Reglamento
Una actividad económica podrá considerarse sostenible si contribuye sustancialmente a uno o varios de los siguientes objetivos:
- Mitigación del cambio climático.
- Adaptación al cambio climático.
- Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos.
- Transición hacia una economía circular.
- Prevención y control de la contaminación.
- Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.
Además, debe cumplir el principio de “no causar un perjuicio significativo” a ninguno de los otros objetivos, y respetar salvaguardas sociales mínimas.
Aplicación práctica
- Empresas cotizadas y grandes corporaciones deben informar sobre qué parte de sus actividades se ajusta a la taxonomía.
- Gestores de fondos e instituciones financieras deben indicar el grado de alineación de sus productos con los criterios del Reglamento.
- Inversores pueden comparar de forma homogénea qué productos financieros son realmente sostenibles.
Ejemplo práctico
Una empresa energética que invierte en parques solares puede declarar estas actividades como alineadas con la Taxonomía de la UE, siempre que cumpla los criterios técnicos establecidos (por ejemplo, niveles máximos de emisiones, gestión de residuos o respeto a la biodiversidad).
En cambio, una central térmica de carbón no podría clasificarse como sostenible bajo este marco.
Importancia del Reglamento de Taxonomía
- Confianza en los mercados: ofrece claridad a los inversores sobre qué es “verde” y qué no.
- Impulso a la financiación sostenible: favorece la canalización de capital hacia sectores clave en la transición energética.
- Competitividad empresarial: las empresas alineadas con la taxonomía pueden acceder más fácilmente a financiación e inversión.
- Armonización europea: crea un estándar común en todos los Estados miembros de la UE.
En conclusión, el Reglamento de Taxonomía es un instrumento esencial dentro de las finanzas sostenibles europeas, ya que establece un lenguaje común para identificar actividades económicas medioambientalmente sostenibles, promueve la transparencia y combate el greenwashing, favoreciendo así la transición hacia una economía más verde y sostenible.

