El término “bajo la par” se utiliza en el ámbito financiero para describir una situación en la que un título, generalmente de renta fija, como un bono u obligación, cotiza por debajo de su valor nominal o valor facial. Es decir, el precio de mercado al que se compra o vende el activo es inferior al valor que el emisor devolverá al vencimiento.
Por ejemplo, si un bono tiene un valor nominal de 1.000 € y cotiza a 950 €, se dice que se negocia “bajo la par”. El inversor que lo compre en esas condiciones obtendría una ganancia adicional al vencimiento, ya que cobrará el 100 % del valor nominal, independientemente del precio pagado en el mercado secundario.
Valor nominal vs. precio de mercado
Para entender este concepto, es importante distinguir dos ideas clave:
- Valor nominal (o par): es el valor facial del activo, el que figura en el título y que el emisor se compromete a devolver al vencimiento.
- Precio de mercado: es el valor al que realmente se negocia el título en un momento determinado en el mercado secundario.
Cuando el precio de mercado es inferior al valor nominal, el título está “bajo la par”. Si es igual, se dice que cotiza a la par, y si es superior, que cotiza sobre la par.
¿Por qué puede cotizar un título bajo la par?
Los títulos de renta fija pueden cotizar bajo la par por diversas razones:
- Subidas en los tipos de interés: cuando los tipos de mercado suben, los bonos antiguos con cupones más bajos pierden atractivo, por lo que su precio baja.
- Emisión con descuento: algunos títulos se emiten ya desde el principio bajo la par como forma de atraer inversores.
- Riesgo de crédito: si se percibe un mayor riesgo de impago por parte del emisor, los inversores exigirán un descuento en el precio.
- Necesidades de liquidez del vendedor o baja demanda en el mercado.
- Condiciones del mercado secundario y evolución de la economía.
Ejemplo práctico
Un bono con valor nominal de 1.000 €, que paga un cupón anual del 2 % (20 €), puede resultar poco atractivo si los tipos de interés del mercado suben al 4 %. En ese caso, el precio del bono en el mercado secundario caerá por debajo de la par, por ejemplo, a 950 €, para ofrecer un rendimiento similar al del mercado.
Así, un inversor que lo compre por 950 € cobrará 20 € al año y recuperará 1.000 € al vencimiento, obteniendo una rentabilidad superior al cupón nominal.
Consecuencias para el inversor
Comprar un título bajo la par puede tener varios efectos positivos o negativos:
Ventajas:
- Rentabilidad efectiva más alta que el tipo de interés nominal (mayor TIR).
- Ganancia asegurada al vencimiento, si no hay impago.
- Posibilidad de aprovechar oportunidades de mercado en momentos de volatilidad.
Inconvenientes:
- Riesgo de crédito si el emisor no puede pagar el valor nominal.
- Mayor sensibilidad a cambios en los tipos de interés (riesgo de duración).
- Posibilidad de variaciones de precio en el mercado secundario si se desea vender antes del vencimiento.
Consideraciones fiscales
En muchos sistemas fiscales, incluida España, la diferencia entre el precio de adquisición y el valor de reembolso se considera ganancia patrimonial. Esta ganancia tributa dentro de la base del ahorro y puede estar sujeta a retención.
Además, los intereses cobrados (cupón) también tributan como rendimientos del capital mobiliario.
El concepto “bajo la par” es esencial para comprender cómo se valoran los activos de renta fija en los mercados financieros. Aunque comprar un título por debajo de su valor nominal puede ser una oportunidad para mejorar la rentabilidad, también implica riesgos que deben valorarse con cuidado, especialmente en lo relativo a la solvencia del emisor y a la evolución de los tipos de interés.