¿Qué significa “ejecución” en los mercados financieros?

En el ámbito financiero, el término ejecución hace referencia al proceso mediante el cual una orden de compra o venta de un instrumento financiero se lleva a cabo efectivamente en el mercado. Es decir, la ejecución es el momento en que una orden pasa de ser una simple instrucción a convertirse en una transacción real entre dos partes.

La calidad y condiciones de ejecución de una orden son fundamentales para el inversor, ya que pueden influir directamente en el precio conseguido, el coste total de la operación, y la rapidez con la que se materializa la inversión o desinversión.


¿Cómo funciona la ejecución de una orden?

Una vez que un inversor da una orden de compra o venta (por ejemplo, “comprar 100 acciones de Repsol a mercado”), esta instrucción pasa por una serie de etapas:

  1. Transmisión: la orden se transmite desde el inversor (persona física o jurídica) a su intermediario o entidad financiera.
  2. Enrutamiento (routing): el intermediario determina a qué mercado o sistema de negociación enviar la orden.
  3. Ejecución: se realiza la operación concreta de compra o venta, según las condiciones establecidas.
  4. Liquidación: se intercambian los títulos y el efectivo entre comprador y vendedor, normalmente dos días hábiles después (D+2).
  5. Registro: se anota la operación en los sistemas contables del intermediario y del mercado.

Tipos de ejecución según el tipo de orden

La forma en que se ejecuta una orden depende del tipo de instrucción dada por el cliente:

  • Orden a mercado: se ejecuta al mejor precio disponible en ese momento. Prioriza rapidez.
  • Orden limitada: sólo se ejecuta si se alcanza el precio máximo (en compras) o mínimo (en ventas) indicado por el cliente. Prioriza el control del precio.
  • Orden por lo mejor: se ejecuta al mejor precio disponible, pero si no hay contrapartida, no se mantiene en el libro de órdenes.
  • Orden stop: se ejecuta cuando el precio alcanza un determinado nivel de activación.

Cada modalidad implica diferentes riesgos y grados de control sobre la ejecución.


Ejecución directa vs. intermediada

  • Ejecución directa: el cliente utiliza plataformas electrónicas que dan acceso directo a los mercados (Direct Market Access, DMA).
  • Ejecución intermediada: la orden pasa a través de un broker o intermediario, que puede ejecutarla directamente o remitirla a terceros.

En ambos casos, es fundamental que la entidad actúe con diligencia, transparencia y en el mejor interés del cliente, conforme a la normativa vigente.


Principio de mejor ejecución

Según la MiFID II (Directiva europea sobre mercados de instrumentos financieros), las entidades que prestan servicios de inversión están obligadas a cumplir el principio de “mejor ejecución”, que implica tener en cuenta varios factores para lograr el mejor resultado posible para el cliente:

  • Precio
  • Costes totales
  • Rapidez de ejecución
  • Probabilidad de ejecución y liquidación
  • Tamaño y naturaleza de la orden
  • Cualquier otra consideración relevante

Las entidades deben tener políticas claras de ejecución y revisarlas regularmente. También están obligadas a publicar informes periódicos sobre la calidad de ejecución.


Ejecución en mercados regulados y no regulados

Las órdenes pueden ejecutarse en distintos entornos:

  • Mercados regulados: como Bolsas de Valores.
  • Sistemas multilaterales de negociación (SMN) o plataformas alternativas.
  • Internalizadores sistemáticos: entidades que ejecutan por cuenta propia sin acudir al mercado.
  • OTC (over-the-counter): ejecución directa entre partes fuera del mercado organizado.

Cada entorno tiene implicaciones distintas en cuanto a transparencia, costes y rapidez.


Riesgos relacionados con la ejecución

  • Slippage: diferencia entre el precio esperado y el precio real de ejecución.
  • Latencia: retrasos por cuestiones técnicas o congestión de red.
  • Falta de liquidez: imposibilidad de encontrar contrapartida al precio deseado.
  • Errores de enrutamiento o interpretación de la orden.

Por ello, es clave operar con entidades que garanticen una ejecución eficiente y segura, especialmente en mercados volátiles.


La ejecución es un elemento esencial de toda operación financiera. No basta con tomar la decisión de invertir o desinvertir; el momento, la forma y el canal de ejecución pueden marcar una gran diferencia en el resultado final para el inversor.