El balance es uno de los principales estados financieros de una empresa. Refleja su situación económica y patrimonial en un momento determinado, mostrando de forma estructurada lo que posee (activos), lo que debe (pasivos) y el patrimonio neto. Se conoce también como balance de situación o balance general, y es esencial tanto para la toma de decisiones internas como para el análisis de solvencia por parte de terceros (inversores, bancos, administraciones públicas…).
Estructura del balance
El balance se presenta habitualmente dividido en dos grandes bloques:
➤ ACTIVO
Representa los bienes y derechos de los que dispone la empresa. Se organiza de mayor a menor liquidez y suele clasificarse en:
- Activo no corriente: bienes destinados a permanecer en la empresa más de un año (inmovilizado material, inversiones financieras a largo plazo, activos intangibles…).
- Activo corriente: activos que se espera convertir en liquidez en menos de un año (existencias, clientes, tesorería, cuentas por cobrar…).
➤ PATRIMONIO NETO Y PASIVO
Muestra las fuentes de financiación de la empresa: tanto recursos propios como ajenos.
- Patrimonio neto: incluye el capital social, reservas, beneficios no distribuidos y otras partidas propias.
- Pasivo no corriente: deudas y obligaciones con vencimiento superior a un año (préstamos a largo plazo, bonos…).
- Pasivo corriente: deudas con vencimiento inferior a un año (proveedores, deudas bancarias, impuestos a pagar…).
Ecuación fundamental del balance
El balance siempre debe cumplir la siguiente igualdad:
ACTIVO = PATRIMONIO NETO + PASIVO
Esta fórmula refleja que todo lo que la empresa tiene (activos) ha sido financiado ya sea con recursos propios o con deuda. Es la base del equilibrio contable.
¿Para qué sirve el balance?
El balance es una herramienta clave para:
✔️ Evaluar la solvencia y estabilidad financiera de la empresa.
✔️ Analizar su capacidad de pago a corto y largo plazo.
✔️ Estudiar el grado de endeudamiento.
✔️ Determinar la estructura del capital y la evolución del patrimonio neto.
✔️ Facilitar la toma de decisiones por parte de directivos, inversores o entidades financieras.
✔️ Cumplir con obligaciones legales y fiscales.
Balance vs. cuenta de pérdidas y ganancias
Aunque ambos forman parte de los estados financieros, es importante diferenciarlos:
Balance | Cuenta de pérdidas y ganancias |
---|---|
Fotografía estática en un momento dado | Muestra la actividad durante un período |
Incluye activos, pasivos y patrimonio neto | Incluye ingresos, gastos y resultado del ejercicio |
Se refiere a lo que se tiene y se debe | Se refiere a lo que se gana o se pierde |
Ambos documentos están estrechamente relacionados: el resultado del ejercicio, obtenido en la cuenta de pérdidas y ganancias, se incorpora al patrimonio neto en el balance.
Ejemplo simplificado de un balance
Activo
- Inmovilizado: 100.000 €
- Existencias: 30.000 €
- Tesorería: 20.000 €
Total activo: 150.000 €
Pasivo y patrimonio neto
- Capital social: 80.000 €
- Reservas: 10.000 €
- Deudas a largo plazo: 40.000 €
- Proveedores: 20.000 €
Total pasivo + patrimonio: 150.000 €
La suma de activos es igual a la suma de financiación: el balance está equilibrado.
¿Dónde se presenta el balance?
El balance forma parte de:
- Las cuentas anuales obligatorias que deben presentar todas las empresas en el Registro Mercantil.
- Los informes financieros periódicos de las sociedades cotizadas.
- Los documentos contables internos para el control de gestión.
- Los análisis de solvencia y estudios de viabilidad empresarial.
En resumen, el balance ofrece una visión clara y ordenada del estado económico de una empresa, permitiendo entender cómo se financia, qué posee y cuál es su estructura patrimonial en un momento dado. Es un pilar esencial de la contabilidad financiera.