El diferencial de tipos de interés es la diferencia entre los tipos de interés de dos activos financieros, dos países o dos plazos distintos de un mismo emisor. Este concepto es clave en los mercados financieros y en la política monetaria, ya que influye en las decisiones de inversión, el comportamiento de los tipos de cambio y la valoración de activos.
También se le conoce como spread de tipos o simplemente como spread, y es un indicador habitual en análisis macroeconómicos, en estrategias de inversión y en la valoración de productos financieros como bonos, préstamos, swaps o depósitos.
Tipos de diferenciales más comunes
Existen varios tipos de diferenciales según el contexto:
🔸 Diferencial entre países
Se refiere a la diferencia entre el tipo de interés de referencia de dos economías. Por ejemplo, el diferencial entre el bono alemán a 10 años y el bono español a 10 años. Este spread se usa para medir el riesgo país o la confianza de los inversores en un país frente a otro.
Ejemplo: si el bono alemán cotiza al 2 % y el español al 3,5 %, el diferencial es de 1,5 puntos porcentuales (150 puntos básicos).
🔸 Diferencial entre productos
También puede referirse a la diferencia entre productos similares pero con distinta calidad crediticia o riesgo. Por ejemplo, la diferencia entre un depósito bancario y un bono corporativo de la misma duración.
🔸 Diferencial por plazo
En las curvas de tipos, el diferencial mide la diferencia entre los tipos de interés de corto y largo plazo. Un diferencial positivo indica una curva normal (los tipos a largo son más altos que a corto); un diferencial negativo puede anticipar recesión económica.
🔸 Diferencial entre tipos fijo y variable
También se analiza en los contratos de intercambio de tipos de interés (swaps), donde una parte paga tipo fijo y la otra, variable. El diferencial condiciona la rentabilidad y el riesgo del contrato.
Importancia del diferencial en la economía
El diferencial de tipos es un indicador que afecta directamente a:
✅ Flujos de capitales internacionales: los inversores tienden a colocar su dinero en economías con tipos más altos, lo que puede provocar movimientos en los tipos de cambio.
✅ Política monetaria: los bancos centrales ajustan sus tipos en función de los diferenciales con otras economías para mantener la competitividad o controlar la inflación.
✅ Costo de financiación: empresas y gobiernos con mayores diferenciales enfrentan un mayor coste para endeudarse, reflejo del riesgo que perciben los mercados.
Diferencial de tipos y riesgo de crédito
En los mercados de bonos, el diferencial de tipos también actúa como indicador del riesgo crediticio:
- Un bono corporativo con rating bajo suele ofrecer un tipo de interés más alto que un bono del Estado del mismo plazo.
- Ese spread compensa al inversor por asumir el mayor riesgo de impago.
Cuanto mayor sea el diferencial, mayor será el riesgo percibido del emisor, lo que influye directamente en la valoración de activos financieros y en las decisiones de inversión.
Diferencial aplicado a préstamos e hipotecas
En el ámbito bancario, cuando se habla de diferencial en una hipoteca a tipo variable, se hace referencia a la cantidad adicional que se suma al índice de referencia, normalmente el Euríbor.
Ejemplo: una hipoteca referenciada al Euríbor + 1 % tendrá como tipo de interés el valor del Euríbor vigente más un punto porcentual.
Este diferencial se mantiene constante durante toda la vida del préstamo (a menos que haya condiciones pactadas de revisión) y refleja el margen que aplica la entidad financiera sobre el coste de financiación.
Medición en puntos básicos
El diferencial de tipos suele expresarse en puntos básicos (bps o pb):
- 1 punto básico = 0,01 %.
- Un diferencial de 125 pb equivale a una diferencia del 1,25 % entre dos tipos.
Este formato es habitual en los informes financieros, análisis de mercado y comunicaciones oficiales de bancos centrales.
El diferencial de tipos de interés es una herramienta fundamental para analizar los mercados, gestionar inversiones y valorar el riesgo financiero. Aunque pueda parecer un detalle técnico, sus efectos se sienten en muchas decisiones económicas cotidianas: desde el tipo que pagamos por una hipoteca hasta la rentabilidad que exigen los inversores para prestar dinero a un país o a una empresa.