¿Qué es la ejecución de órdenes por cuenta de clientes?

La ejecución de órdenes por cuenta de clientes es una actividad financiera que consiste en realizar operaciones de compra o venta de instrumentos financieros (acciones, bonos, derivados, fondos, etc.) en nombre de un cliente, siguiendo sus instrucciones específicas y actuando como intermediario entre el cliente y el mercado.

Esta función es desarrollada por entidades autorizadas, como sociedades y agencias de valores, bancos u otras empresas de servicios de inversión, y se encuentra regulada por normativas como la MiFID II en Europa, que busca proteger al inversor y garantizar que las órdenes se ejecuten en condiciones óptimas.


¿Qué implica ejecutar una orden?

Ejecución significa que la entidad transmite la orden del cliente al mercado o la ejecuta directamente (según el modelo operativo), procurando hacerlo:

✅ Con la mejor posible ejecución en términos de precio, rapidez y costes.
✅ Según las condiciones específicas indicadas por el cliente: tipo de orden, volumen, precio límite, vigencia, etc.
Sin asumir la titularidad del activo (es decir, sin que el intermediario lo compre o venda por cuenta propia).

La ejecución puede realizarse en distintos mercados (regulados, MTF, OTC) y plataformas (SIBE, bolsas extranjeras, sistemas multilaterales, etc.).


Tipos de órdenes que puede ejecutar un cliente

Los clientes pueden emitir diversos tipos de órdenes según su estrategia o necesidad:

🔸 Orden a mercado: comprar o vender al mejor precio disponible en ese momento.
🔸 Orden limitada: se ejecuta solo si se alcanza el precio límite fijado por el cliente.
🔸 Orden stop o stop loss: se activa cuando se supera un precio determinado.
🔸 Orden condicionada o todo o nada: requiere condiciones específicas de volumen o ejecución total.
🔸 Orden por lo mejor: se ejecuta al mejor precio del momento, pero si no se encuentra contrapartida, se cancela.


Obligaciones del intermediario al ejecutar órdenes

Las entidades que prestan este servicio deben cumplir con una serie de obligaciones esenciales:

🔹 Obligación de actuar en el mejor interés del cliente.
🔹 Aplicación de políticas de ejecución que garanticen los mejores resultados posibles.
🔹 Transparencia: proporcionar información clara sobre los costes, comisiones y condiciones de la orden.
🔹 Separación patrimonial: los valores y fondos del cliente no deben mezclarse con los de la entidad.
🔹 Rastreo y confirmación: ofrecer información posterior sobre la ejecución (hora, precio, mercado, etc.).

La normativa también exige conservar registros detallados de las órdenes y operaciones, lo que permite su posterior verificación por la autoridad supervisora (como la CNMV en España).


Relación con otros servicios financieros

La ejecución de órdenes por cuenta de clientes puede prestarse como un servicio independiente o combinado con otros, como:

  • Recepción y transmisión de órdenes: cuando la entidad solo recoge la orden y la envía a otra para ejecutarla.
  • Asesoramiento financiero: si la orden se realiza como consecuencia de una recomendación previa.
  • Gestión discrecional de carteras: cuando la entidad ejecuta sin orden directa del cliente, según un mandato.

En todos los casos, debe identificarse claramente el rol de la entidad y el tipo de servicio contratado.


Ejecución óptima y protección al inversor

La Mejor Ejecución (Best Execution) es un principio básico: las entidades deben tomar todas las medidas razonables para obtener el mejor resultado global para el cliente, considerando precio, coste, rapidez, probabilidad de ejecución, volumen y otros factores relevantes.

Además, se deben aplicar medidas reforzadas en función del tipo de cliente:

  • Cliente minorista: máxima protección, centrada sobre todo en el precio total.
  • Cliente profesional: mayor flexibilidad, se presume un conocimiento más amplio del mercado.

La ejecución de órdenes por cuenta de clientes es un pilar central del funcionamiento de los mercados financieros y uno de los servicios más utilizados por los inversores. Asegura que los clientes puedan acceder a los mercados de forma profesional, eficiente y regulada, confiando en que sus órdenes serán ejecutadas con imparcialidad y transparencia.