La ejecución óptima (en inglés, best execution) es el principio según el cual las entidades que prestan servicios de inversión deben tomar todas las medidas razonables para obtener el mejor resultado posible para sus clientes al ejecutar sus órdenes de compraventa de instrumentos financieros. Este concepto es fundamental en la regulación europea (MiFID II) y tiene como objetivo proteger al inversor y garantizar la equidad en los mercados.
La ejecución óptima no se limita solo al precio de la operación, sino que tiene en cuenta múltiples factores que pueden influir en el resultado final de una transacción.
Factores clave en la ejecución óptima
Según la normativa MiFID II, para determinar si se ha cumplido con el principio de ejecución óptima deben considerarse los siguientes elementos:
- Precio: el valor al que se ejecuta la orden.
- Costes: comisiones, tarifas del mercado, costes de intermediación o gastos asociados a la ejecución.
- Velocidad de ejecución: tiempo que tarda en completarse la operación.
- Probabilidad de ejecución y liquidación: posibilidad real de que la orden se complete y se liquide correctamente.
- Tamaño y naturaleza de la orden: operaciones muy grandes o inusuales pueden requerir estrategias especiales.
- Cualquier otra consideración relevante para la ejecución de la orden, como el tipo de instrumento o el mercado en el que se negocia.
No siempre el mejor precio es la mejor ejecución si, por ejemplo, implica un mayor coste o riesgo de fallo en la liquidación. Por eso se valora el resultado total para el cliente, no un único factor de forma aislada.
Ámbito de aplicación
La obligación de asegurar la ejecución óptima aplica a:
- Empresas de servicios de inversión (ESI)
- Sociedades y agencias de valores
- Bancos que prestan servicios de intermediación bursátil
- Plataformas de trading y brókers online
Esta obligación se aplica tanto a clientes minoristas como profesionales, aunque la protección es mayor para los primeros, debido a su menor experiencia y conocimiento.
Políticas de ejecución óptima
Cada entidad está obligada a establecer y mantener una política de ejecución, que debe:
- Definir los centros de ejecución (mercados, MTFs, OTFs, internalizadores sistemáticos, etc.) a los que recurrirá.
- Explicar cómo se seleccionan esos centros según los factores de ejecución.
- Establecer mecanismos de supervisión y revisión periódica para asegurar su eficacia.
- Ser accesible para el cliente, quien debe ser informado previamente y dar su consentimiento.
Las políticas deben revisarse al menos una vez al año o cuando se produzcan cambios significativos en los mercados o en los procedimientos de la entidad.
Ejecución óptima y trading electrónico
Con la creciente digitalización del mercado financiero, la ejecución óptima está muy ligada al uso de plataformas electrónicas de negociación, que permiten:
- Acceder a múltiples mercados simultáneamente.
- Ejecutar órdenes con alta velocidad y precisión.
- Evaluar condiciones en tiempo real para mejorar la toma de decisiones.
- Aplicar algoritmos de trading inteligente que buscan minimizar costes y maximizar eficiencia.
No obstante, esto también exige una supervisión más compleja y una mayor transparencia sobre los métodos usados para ejecutar órdenes de forma automatizada.
Supervisión y cumplimiento
En España, la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) es el organismo encargado de velar por el cumplimiento de la normativa de ejecución óptima. Entre sus funciones están:
- Inspeccionar las políticas de ejecución de las entidades.
- Verificar que se aplican correctamente los criterios establecidos en MiFID II.
- Exigir informes periódicos sobre la calidad de ejecución (los denominados RTS 28).
- Sancionar a las entidades que incumplen sus obligaciones.
Recomendaciones para el inversor
- Consultar la política de ejecución de su entidad y asegurarse de que actúa en su mejor interés.
- Comparar la calidad de ejecución entre brókers si opera en mercados financieros.
- Revisar el precio y condiciones de cada orden ejecutada, especialmente si se trata de operaciones complejas.
- En caso de duda o sospecha de mala ejecución, puede reclamar ante la entidad o acudir a la CNMV.