Un accionista es una persona física o jurídica que posee acciones de una sociedad, lo que le convierte en copropietario de la empresa en proporción al número de acciones que tiene respecto al total del capital social. Ser accionista otorga una serie de derechos económicos, políticos y patrimoniales, y al mismo tiempo implica ciertos riesgos, principalmente la posibilidad de pérdida del capital invertido si la empresa no tiene un buen desempeño.
Los accionistas desempeñan un papel fundamental en la vida de las sociedades mercantiles, especialmente en las sociedades anónimas, ya que sus decisiones, directa o indirectamente, influyen en la estrategia y gobierno de la empresa.
Tipos de accionistas
🔹 Accionista mayoritario
Posee un número de acciones suficiente para tener control efectivo o influencia significativa en las decisiones de la empresa, normalmente más del 50 % del capital. Puede ser un individuo, un grupo familiar, una empresa o una institución.
🔹 Accionista minoritario
Tiene un porcentaje de participación inferior al necesario para controlar la compañía, pero conserva sus derechos como propietario, especialmente en cuanto a información, voto y reparto de dividendos.
🔹 Accionista institucional
Se trata de entidades financieras, fondos de inversión, aseguradoras o fondos de pensiones que invierten grandes volúmenes de capital. Su influencia puede ser muy relevante pese a no tener mayoría, por su conocimiento técnico y capacidad de presión.
🔹 Accionista particular
Es el pequeño inversor, normalmente personas físicas que adquieren acciones a través del mercado bursátil y cuya participación representa una fracción reducida del capital social.
Derechos del accionista
Los derechos de los accionistas están recogidos en la Ley de Sociedades de Capital (en España) y en los estatutos sociales de la empresa. Entre los más relevantes se encuentran:
- Derecho a voto en las juntas generales.
- Derecho a recibir dividendos si la empresa los reparte.
- Derecho de información: acceso a cuentas anuales, convocatorias, acuerdos sociales, etc.
- Derecho de suscripción preferente en ampliaciones de capital.
- Derecho a la cuota de liquidación, en caso de disolución de la sociedad.
- Derecho a impugnar acuerdos sociales contrarios a la ley o a los estatutos.
En sociedades cotizadas, estos derechos pueden ejercerse de forma directa o mediante delegación.
Obligaciones y riesgos
Aunque ser accionista no conlleva obligaciones operativas, sí implica:
- Asunción del riesgo empresarial: la pérdida está limitada al capital invertido.
- Respeto a los acuerdos sociales: aunque un accionista vote en contra, está obligado por las decisiones adoptadas legalmente.
- Obligación de notificación, en algunos casos, si se superan ciertos umbrales de participación (por ejemplo, el 5 % en una empresa cotizada).
¿Cómo se adquieren acciones?
Un inversor se convierte en accionista mediante:
- Compra de acciones en mercados bursátiles (acciones cotizadas).
- Suscripción de acciones nuevas en ampliaciones de capital.
- Recepción de acciones por herencia, donación o como parte de un acuerdo empresarial.
- Participación en sociedades no cotizadas, firmando la escritura de constitución o comprando participaciones de socios anteriores.
Participación en la gestión de la empresa
Los accionistas ejercen su influencia principalmente en la Junta General de Accionistas, donde pueden:
- Aprobar o rechazar cuentas anuales.
- Decidir sobre distribución de beneficios.
- Nombrar o destituir a los miembros del consejo de administración.
- Aprobar operaciones societarias relevantes (fusiones, escisiones, ampliaciones de capital, etc.).
En empresas grandes, la participación de los accionistas puede ser simbólica o limitada si no alcanzan un porcentaje significativo. Sin embargo, en empresas pequeñas o familiares, la figura del accionista suele coincidir con la del administrador o gestor.
El accionista es una figura clave en el sistema económico: aporta capital, asume riesgos y, en mayor o menor medida, participa en la toma de decisiones empresariales. Su posición combina derechos y responsabilidades, y su papel es esencial en el buen gobierno corporativo y en la financiación del tejido productivo.