Un inversor profesional es aquel que posee la experiencia, los conocimientos y la capacidad suficientes para tomar decisiones de inversión por sí mismo, comprendiendo los riesgos asociados a los productos financieros en los que invierte.
La categoría de inversor profesional está definida por la normativa europea MiFID II (Markets in Financial Instruments Directive) y recogida en la legislación española, diferenciándolo del inversor minorista, que requiere un mayor grado de protección.
Características principales
- Mayor autonomía: se presupone que entiende los riesgos y no necesita tanta información estandarizada ni protección como el inversor minorista.
- Acceso a productos complejos: puede invertir en instrumentos financieros que no están disponibles para clientes minoristas, como derivados complejos, hedge funds o productos estructurados.
- Menor nivel de protección regulatoria: la entidad financiera no tiene que realizar los mismos test de conveniencia o idoneidad que exige a un minorista.
- Perfil especializado: incluye tanto a inversores institucionales como a determinados particulares con experiencia y patrimonio elevado.
Tipos de inversores profesionales
- Profesionales de pleno derecho
Incluyen entidades y organismos que, por su actividad, se consideran automáticamente profesionales:- Entidades financieras (bancos, aseguradoras, gestoras de fondos, sociedades de valores).
- Administraciones públicas.
- Grandes empresas que cumplan ciertos requisitos de balance, volumen de negocio o recursos propios.
- Profesionales a petición (opt-up)
- Inversores particulares que solicitan ser tratados como profesionales.
- Deben cumplir al menos dos de tres condiciones:
- Haber realizado un número significativo de operaciones en el mercado en el último año.
- Poseer una cartera de instrumentos financieros superior a 500.000 €.
- Acreditar experiencia profesional en el sector financiero.
Ventajas de ser considerado inversor profesional
- Acceso a una gama más amplia de productos financieros.
- Condiciones de negociación más flexibles, al no estar sujeto a tantas restricciones.
- Reconocimiento de capacidad y autonomía en la toma de decisiones.
Inconvenientes y riesgos
- Menor protección regulatoria: no recibe la misma información detallada que un inversor minorista.
- Responsabilidad propia: debe asumir el análisis y comprensión de riesgos.
- Exposición a productos más complejos y arriesgados, que pueden generar pérdidas significativas.
Ejemplo práctico
Un fondo de pensiones que invierte en derivados sobre índices bursátiles para cubrir riesgos de mercado es considerado automáticamente un inversor profesional, ya que se asume que tiene los recursos y el conocimiento necesarios para entender las características del producto y los riesgos asociados.
En conclusión, el inversor profesional es aquel que, por su experiencia y recursos, tiene capacidad para operar en los mercados con menor nivel de protección, accediendo a una gama más amplia de instrumentos financieros, pero asumiendo mayores responsabilidades y riesgos.

