El término mercado ajustado se utiliza para describir un segmento del mercado bursátil donde cotizan valores que presentan una escasa liquidez, es decir, bajo volumen de contratación y dificultad para encontrar contrapartes con las que cerrar operaciones de compra o venta. Esta denominación no implica necesariamente una clasificación formal o normativa, sino que se refiere a la situación real del valor en el mercado secundario.
En muchos casos, los valores que cotizan en mercados ajustados pertenecen a empresas de pequeña capitalización, con escasa cobertura de analistas y poca presencia institucional, lo que repercute directamente en la dificultad de negociar acciones sin afectar significativamente al precio.
Características de un mercado ajustado
- Baja liquidez: hay pocas órdenes de compra y venta, lo que impide una negociación fluida.
- Alto spread entre precios: la diferencia entre el precio de compra (bid) y el de venta (ask) suele ser amplia.
- Mayor volatilidad relativa: al haber menos operaciones, cualquier transacción puede alterar bruscamente el precio.
- Cotización irregular: no siempre hay precios de referencia recientes, ya que pueden pasar días sin operaciones.
- Dificultad para entrar o salir: comprar o vender títulos puede implicar costes adicionales o pérdida de valor, especialmente si se hace con urgencia.
¿Qué valores suelen negociarse en mercados ajustados?
Los mercados ajustados suelen estar compuestos por:
- Acciones de empresas pequeñas o poco conocidas, con escasa capitalización bursátil.
- Valores en proceso de reestructuración, concurso de acreedores o con problemas financieros.
- Acciones con muy baja rotación diaria, en las que la tenencia está muy concentrada en pocos accionistas.
- En algunos casos, valores suspendidos de cotización que se han reanudado con restricciones.
En España, algunos de estos valores cotizan en el mercado continuo pero con alertas de baja liquidez. También es habitual en mercados alternativos como el BME Growth o, en el pasado, el Mercado de Corros.
Implicaciones para el inversor
Invertir en valores de un mercado ajustado supone asumir ciertos riesgos adicionales:
- Mayor dificultad para deshacer posiciones sin pérdidas relevantes.
- Precios menos representativos del valor real del activo, al haber menos cruce de órdenes.
- Potencial manipulación de precios: la escasa liquidez puede facilitar la actuación de operadores con fines especulativos.
- Menor transparencia o seguimiento informativo, al tratarse de empresas menos analizadas.
Por estas razones, los inversores minoristas deben extremar la precaución al operar con valores que presenten estas características.
¿Cómo se detecta un mercado ajustado?
Aunque no hay una etiqueta oficial que clasifique un mercado como “ajustado”, sí existen señales claras que permiten identificarlo:
- El volumen medio diario negociado es muy bajo.
- Hay horas o días sin operaciones en el valor.
- Los precios de compra y venta están muy distantes.
- El valor aparece en alertas de liquidez de la CNMV o en informes de intermediarios.
- El gráfico de cotización muestra largos periodos sin movimiento o con saltos bruscos.
Algunas plataformas, como Infobolsa, Investing, Bloomberg o TradingView, permiten consultar la liquidez, el volumen medio y los spreads, facilitando la identificación de estos valores.
Consejos si se opera en mercados ajustados
- Evitar operar con prisas: tener paciencia es clave para encontrar contrapartida a un precio razonable.
- Utilizar órdenes limitadas: para evitar ejecuciones desfavorables por falta de liquidez.
- No invertir grandes cantidades: ya que salir de la posición puede ser difícil.
- Consultar previamente la liquidez del valor y su historial de cotización.
- Considerar alternativas más líquidas si el objetivo es invertir con rapidez o seguridad.