Un punto básico, también conocido como basis point (abreviado como pb o bps por sus siglas en inglés), es una unidad de medida utilizada en los mercados financieros para expresar pequeñas variaciones en tipos de interés, rentabilidades, diferenciales de crédito, comisiones o rendimientos financieros.

Un punto básico equivale exactamente a una centésima de punto porcentual, es decir:

  • 1 punto básico = 0,01 % = 0,0001 en forma decimal

Por tanto:

  • 10 puntos básicos = 0,10 %
  • 25 puntos básicos = 0,25 %
  • 100 puntos básicos = 1 %

¿Por qué se utiliza esta medida?

En el mundo financiero, especialmente en los mercados de renta fija, derivados, bonos y gestión de carteras, incluso variaciones pequeñas en los tipos de interés o en los spreads pueden tener impactos significativos en la valoración de los activos o en los costes de financiación.

Usar puntos básicos permite:

  • Evitar ambigüedades cuando se habla de cambios porcentuales pequeños.
  • Mejorar la precisión al referirse a incrementos o recortes de tasas.
  • Establecer comparaciones claras entre productos con márgenes estrechos.
  • Estandarizar la terminología a nivel internacional.

Ejemplos prácticos

1. Tipo de interés

Si el Banco Central Europeo (BCE) sube los tipos de interés del 4,00 % al 4,25 %, se dice que ha habido un aumento de 25 puntos básicos.

2. Diferencial de crédito

Un bono emitido por una empresa con calificación crediticia baja puede tener una rentabilidad 150 puntos básicos superior a la de un bono del Estado con el mismo vencimiento, como compensación por el mayor riesgo.

3. Comisiones

Un fondo de inversión puede cobrar una comisión de gestión del 75 pb (0,75 %) anual sobre el patrimonio del partícipe.


Ámbitos donde se emplea

  • Mercado de bonos: para medir el rendimiento o spread frente a bonos de referencia.
  • Banca: para hablar de márgenes, diferenciales hipotecarios, swaps o variaciones en tasas de referencia como el Euríbor.
  • Política monetaria: los bancos centrales anuncian subidas o bajadas de tipos en puntos básicos.
  • Inversión institucional: para estimar cambios de rentabilidad de carteras o costes de financiación.
  • Derivados financieros: como swaps de tipos de interés o futuros sobre bonos.

¿Por qué no usar solo porcentajes?

El uso exclusivo de porcentajes puede inducir a error. Por ejemplo:

  • Si un tipo sube del 2,00 % al 2,50 %, se puede decir:
    • Ha subido 0,50 puntos porcentuales, o bien
    • Ha subido 50 puntos básicos

Pero decir que “ha subido un 0,50 %” es confuso, porque podría interpretarse como una subida del 0,50 % sobre el 2,00 %, es decir, una variación de solo 0,01 puntos porcentuales.

El uso de puntos básicos elimina esta ambigüedad.


  • 1 punto básico = 0,01 %
  • Se usa para medir cambios pequeños en tasas de interés, rentabilidades o comisiones.
  • Es una medida estándar en renta fija, banca, derivados y gestión financiera institucional.
  • Permite expresar con claridad diferencias y movimientos que en porcentaje serían confusos.

El punto básico es una herramienta de comunicación precisa y universal en el lenguaje financiero, especialmente útil en mercados donde pequeñas diferencias pueden suponer grandes consecuencias económicas.