El rating es una calificación otorgada por una agencia especializada que mide la capacidad de un emisor (empresa, entidad financiera o Estado) para cumplir con sus obligaciones de pago. Se trata de una herramienta fundamental para evaluar el riesgo crediticio y sirve como referencia para inversores, analistas y mercados a la hora de tomar decisiones de inversión.

El rating no solo se aplica a emisores, sino también a emisiones concretas de deuda, como bonos, obligaciones o pagarés, indicando la probabilidad de que el capital e intereses se paguen en los plazos pactados.


Quién emite los ratings

Los ratings son emitidos por agencias de calificación crediticia, entre las que destacan a nivel mundial:

  • Standard & Poor’s (S&P)
  • Moody’s Investors Service
  • Fitch Ratings

Estas agencias utilizan metodologías propias para evaluar factores como la situación financiera del emisor, su historial de pagos, el entorno económico y las perspectivas futuras.


Escalas de calificación

Las calificaciones suelen presentarse en forma de letras, a veces acompañadas de signos “+” o “–” o cifras, para indicar matices dentro de un mismo nivel.

  • Grado de inversión: ratings altos que indican bajo riesgo de impago (ejemplo: AAA, AA, A, BBB).
  • Grado especulativo o “bono basura”: ratings bajos que reflejan mayor riesgo (ejemplo: BB, B, CCC, CC, C).
  • En situación de impago: calificación “D” o equivalente.

Cada agencia tiene su propia nomenclatura, pero las equivalencias suelen estar estandarizadas.


Importancia del rating

  • Para los inversores: ayuda a evaluar si una inversión es segura o conlleva un riesgo elevado.
  • Para los emisores: influye directamente en el coste de financiación; un mejor rating permite emitir deuda a tipos de interés más bajos.
  • Para el mercado: actúa como señal de confianza o alerta sobre la salud financiera de un emisor.

Factores que influyen en la calificación

  • Solvencia y liquidez del emisor.
  • Nivel y estructura de endeudamiento.
  • Estabilidad y diversificación de ingresos.
  • Entorno macroeconómico y político.
  • Historial de cumplimiento de pagos.

Limitaciones y críticas

Aunque el rating es una referencia muy utilizada, no es infalible. Algunas de las críticas más frecuentes son:

  • Riesgo de conflicto de interés: las agencias suelen ser contratadas y pagadas por los propios emisores.
  • Reacciones tardías: en ocasiones, las calificaciones se actualizan después de que el deterioro financiero ya sea evidente.
  • Casos polémicos: la crisis financiera de 2008 expuso fallos graves, al otorgar ratings altos a productos financieros que resultaron ser de alto riesgo.

Regulación

En Europa, las agencias de calificación están supervisadas por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), que vela por la transparencia y la calidad de las metodologías.

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