El término ajustar a mercado (en inglés, mark to market) hace referencia a la práctica de valorar un activo financiero o una posición en función de su precio de mercado actual, es decir, al precio al que podría comprarse o venderse en ese momento. Se trata de una técnica de valoración que busca reflejar de manera más realista y actualizada el valor de los instrumentos financieros en las cuentas de una empresa o inversor.
Este método es ampliamente utilizado en contabilidad financiera, gestión de carteras, fondos de inversión, y especialmente en los mercados de derivados, donde los valores de las posiciones abiertas pueden fluctuar diariamente.
¿Por qué es importante ajustar a mercado?
Ajustar a mercado permite que los estados financieros y los informes de inversión:
- Reflejen valores reales y actualizados de los activos.
- Capten los efectos inmediatos de los movimientos del mercado.
- Mejoren la transparencia y la comparabilidad entre entidades.
- Ayuden a controlar el riesgo de mercado y la exposición real.
Este enfoque contrasta con métodos contables más conservadores, como el coste histórico, que valoran los activos según su precio de compra original, sin tener en cuenta las variaciones del mercado.
Aplicaciones del ajuste a mercado
El ajuste a mercado se emplea en distintas situaciones:
➤ En fondos de inversión y carteras gestionadas
Se utiliza para calcular el valor liquidativo diario. Cada activo se valora al precio del día, y así se determina cuánto vale la participación de cada inversor.
➤ En derivados financieros
Es fundamental para controlar los márgenes de garantía en productos como futuros y opciones. Las posiciones abiertas se valoran diariamente (daily mark to market), y si hay pérdidas, se exige al inversor que aporte fondos adicionales (margen de variación).
➤ En contabilidad financiera
Normas internacionales como las NIIF (IFRS) o los US GAAP exigen que ciertos activos (como instrumentos financieros negociables) se valoren a su «valor razonable», lo que equivale a su precio de mercado si existe un mercado activo.
Ejemplo práctico
Supongamos que una gestora de fondos tiene en cartera un bono que compró por 950 €, pero que hoy cotiza a 980 €. Si se aplica ajuste a mercado:
- El bono pasará a valer 980 € en la contabilidad.
- El valor liquidativo del fondo se verá incrementado.
- Los partícipes podrán ver reflejado el rendimiento real acumulado hasta ese día.
Lo mismo ocurre a la inversa: si el bono baja de precio, el ajuste a mercado reflejará la pérdida.
Ventajas del ajuste a mercado
✔️ Mayor precisión y transparencia en la valoración de activos.
✔️ Detección temprana de pérdidas o ganancias no realizadas.
✔️ Mejor toma de decisiones por parte de gestores e inversores.
✔️ Control de riesgo más eficaz, especialmente en instrumentos complejos.
Riesgos y críticas
❌ Alta volatilidad contable: los activos pueden sufrir cambios bruscos de valor que no se han materializado (ganancias o pérdidas «latentes»).
❌ Excesiva dependencia del mercado: en situaciones de crisis o falta de liquidez, los precios pueden distorsionarse.
❌ Valoraciones forzadas: si no hay un mercado activo, estimar el “valor de mercado” puede resultar arbitrario o poco fiable.
Estas críticas cobraron especial relevancia durante la crisis financiera de 2008, cuando algunos activos complejos (como los productos hipotecarios estructurados) vieron desplomarse sus precios de mercado, provocando enormes pérdidas contables que, en muchos casos, no reflejaban realmente su capacidad de generar flujos de caja a largo plazo.
¿Cuándo no se aplica el ajuste a mercado?
No todos los activos se valoran a mercado. Por ejemplo:
- Activos no cotizados o ilíquidos (participaciones en empresas privadas, inmuebles).
- Activos contabilizados según el coste amortizado, como ciertos préstamos o inversiones mantenidas hasta vencimiento.
En estos casos, se utilizan métodos de valoración distintos, como el coste histórico o valor razonable estimado.
Ajustar a mercado es una técnica clave para reflejar con precisión la situación financiera de activos e inversiones en tiempo real. Aunque mejora la transparencia y la sensibilidad al riesgo, también puede introducir volatilidad contable que debe interpretarse con prudencia, especialmente en escenarios de incertidumbre.